SURF & PSICOLOGÍA
LA AUTOCONFIANZA DEL SURFER. EL LOCUS DE CONTROL
Cuántas veces dentro de la parte
competitiva del Surf y el Bodyboard hemos escuchado frases en las que una
persona aclara y explica el porqué de un resultado en una manga. La mayoría de
las personas buscamos una explicación de todo lo que ocurre siguiendo un modelo
casi de causa-efecto, quizás contaminados por el modelo científico y dentro de
éste, sobre todo, el modelo médico: si trabajas con amianto, tendrás cáncer de
pulmón; si tomas mucha sal, la tensión alta…, expresiones de este tipo aparecen
en el Surf de competición; si hay olas pequeñas no pasaré la manga; si me toca
con estos dos surfers, tampoco.
La psicología del deporte ha centrado algunos de sus
esfuerzos en las atribuciones que los deportistas hacen de sus éxitos y sus
fracasos. Antes de nada, es preciso aclarar que para un surfista puede ser un
éxito quedar tercero en una manga de cuatro, mientras que para otro puede ser
un fracaso ser segundo aunque esto suponga clasificarse para la siguiente
ronda. Evidentemente esto es fruto de la estimación de la dificultad de cada manga,
y por ende, de cada uno de los objetivos de un Surfer.
Por ello, los psicólogos
del deporte distinguen dos tipos de perfiles, en cuanto al Locus de Control de
los surfistas:
Surfer: Rafa Dopico
Photo: E.Prados
- Locus de Control tipo A: Los éxitos son por causas
internas; Los fracasos por causas externas.
Ejemplo:
“Pasé la manga porque
soy mejor que los demás”, “Me metí al agua porque los tengo grandes”
“No pasé la manga porque no me cuadraron las olas” o “porque
los jueces me tienen manía” -¿te suenan estas frases, verdad?-, “No me meto ahí
porque está bastante revuelto y descolocado” “no voy al agua porque no tengo
tabla para esas olas”
- Locus de Control tipo B: Los éxitos son por causas
externas; los fracasos por causas internas.
Ejemplo: “Pasé la manga porque a los otros no les cuadraron
las olas”, “todavía no sé cómo fui capaz de meterme con esos olones”
“No pasé la manga porque soy un paquete” “no conseguí
meterme porque no me atreví con esas olas”
Como vemos las atribuciones de un mismo hecho pueden ser
distintas en función del perfil del surfista. Sin embargo, pienso que no todos
los surfistas debemos pertenecer necesariamente a un perfil o a otro,
simplemente porque entre el color negro del perfil A y el blanco del B hay una enorme gama de grises (aunque
juraría que ya he visto por las playas algún negro muy oscuro). Cabe añadir que
hay casos de deportistas que aparentemente expresan un perfil, pero que
excavando un poco en sus pensamientos demuestran pertenecer al perfil opuesto,
con el cual no están a gusto y por ello verbalizan lo contrario de lo que
piensan. Por ejemplo, esos surfistas que salen diciendo siempre que no
surfearon bien, que no saben decir “sí, hoy hice un buen surfing”, aunque realmente
saben que lo han hecho. Esos son los mismos que, cuando realmente lo hacen mal,
después reconocerlo ellos mismos, protestan si es que son eliminados. Es aquí donde
se ve dicha contradicción, donde el surfista pone de manifiesto la disonancia de
su pensamiento.
He aclarado el concepto de locus de control antes que de la autoconfianza, porque como veréis
están íntimamente relacionados:
La Autoconfianza se define como
el grado de confianza que un deportista tiene en sus recursos para afrontar una
meta determinada. Continuamente nos ponemos metas, a corto, medio y largo
plazo. Metas que van desde una manga de triales en un campeonato local, hasta
una bajada de 3m. en Mundaka de marea baja, pasando por una final con tres pros
o por decidir si subir al floater en un labio que nos invita a que no lo hagamos. Todo son decisiones hacia
metas, y cada una de ellas nos devolverá información sobre nuestro éxito o
nuestro fracaso.
La confianza, por tanto, va a depender no sólo de nuestras
experiencias anteriores, sino de la atribución de causas de esas experiencias (locus
de control).
Y es aquí donde aparece la figura del entrenador. Figura fundamental en el desarrollo de
cualquier deportista.
El entrenador (trabajo que despeñó mi padre en mi caso) es el filtro de la experiencia del joven, es el que permite un análisis "realista" de las situaciones y por tanto un depurador de atribuciones erróneas que el surfista puede hacer en cualquier momento. De esta manera el deportista acabará construyendo su adecuada autoconfianza, resultado de un locus de control situado a caballo entre el A y el B, es decir, objetivo y equilibrado.
Para ello es imprescindible una buena relación entre deportista y entrenador. Éste último es el faro que alumbra y apaga cada una de las atribuciones del surfer; en función siempre de un análisis lo más objetivo. Y lo debe hacer no sólo en competiciones, sino en cada uno de sus entrenamientos. Es deber del entrenador la autocrítica constante, y la correcta evaluación de las situaciones que más tarde transimitrá al rider.
Un surfista escucha muchísimas valoraciones de su
rendimiento, de su nivel, de su calidad como deportista; algunas subjetivas
(familia, rivales, público, jueces, prensa…), otras objetivas (resultados,
scores,…). La autoconfianza equilibrada parte de la capacidad de asimilar los
encuadres del entrenador, y de tener fe ciega en sus juicios, así como de
obviar la mayoría de los que provienen del entorno, ya sean juicios
constructivos o destructivos, positivos o negativos.
Esta capacidad es una habilidad. Es mental y sí... se entrena.
Psicólogo experto en
Terapia Sistémica
Profesor de
psicología en
Cursos de Técnicos en Surf y Bodyboard
Entrenador del Club THE CAMP (www.thecamp.es)
Cursos de Técnicos en Surf y Bodyboard
Entrenador del Club THE CAMP (www.thecamp.es)
Muy interesante articulo. Cierto es que se ven muchos LOcus tipo A por las competiciones, jeje. Tienes un par de fotos tuyas en mi blog de la semana pasada. Un saludo.
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